sábado, 4 de julio de 2015

It follows (Te sigue) - Crítica


En los últimos tiempos, hay un déficit bastante palpable en el mundo del cine de terror en cuanto calidad de las cintas y originalidad de ideas. Películas como Ouija, Annabelle o The Lazarus effect llenan los cines por sus características convencionales e inundan al espectador con toneladas de clichés antiquísimos y los ya repetidos hasta el cansancio "jumpscares". Este tipo de películas son las que las masas parecen disfrutar y no estoy juzgando a nadie, ya que estos productos son los únicos que se encuentran disponibles en las salas tradicionales representando a un género tan emblemático como el terror. Las películas de corte más "indie" (exceptuando el subgénero mockumentary) no tienen acceso, generalmente, a las grandes pantallas y desgraciadamente, muchas de las buenas ideas y excelentes ejecuciones se encuentran entre estas. Y este es el caso de It follows. 


En la cinta se nos cuenta la historia de Jay (Maika Monroe), una chica de 19 años que se encuentra en una etapa de comienzos, con la universidad y una nueva relación. Sin embargo, todo cambia cuando de esta relación (sobre todo en el momento de la chanchada) se desprenden consecuencias desagradables. En resumidas cuentas, la pobre de Jay tiene relaciones con un pibe y este le pasa un demonio que cambia de forma que la sigue todo el tiempo, pero lo interesante es que el susodicho solo camina.


Esta película es una apuesta del director David Robert Mitchell por el terror de las viejas épocas, aquel que erizaba la piel y que no tenía que mostrar lo que hay adentro de un abdomen para causar sensaciones de incomodidad en los espectadores. Esto se denota desde la primera escena, donde la cámara subjetiva y el POV (point of view) juegan un papel esencial a la hora de generar tensión. En general, el director otorga a estos tipos de tomas una gran importancia a lo largo de todo el metraje y aporta al claro estilo setentero-ochentero que se intenta (y se logra con éxito) dar al film. También es notable el homenaje a dichas películas de los años 70 y 80 con la banda sonora y algunas escenas que se metamorfosean directamente del Halloween (1987) de John Carpenter, además de todo el tono de la película.


It follows es una película que es difícil de encasillar en un solo género (subgénero) y eso descansa en la originalidad del argumento, aunque dicha característica también resta un poco a la claridad del mismo. Si bien, esta es una película que considera la inteligencia y la agudeza-memoria visual del espectador, también deja de lado a veces información necesaria y querida por el espectador que permitiría ampliar el universo que se está creando. Hay muchas cosas que se ven solamente si se presta atención a los detalles y eso es muy bueno, pero también hay dudas que no se resuelven con solo ser un buen observador.


En el apartado de las actuaciones todos hacen un buen trabajo, algunos mejor que otros. Sin embargo, cabe destacar la impecable performance de Maika Monroe como Jay, la cual da vida y transitividad al film, y también ayuda a mantener el tono general de angustia y desesperación frente a una situación que está muy por fuera del control de la protagonista. Esta joven pero talentosa actriz ya participó en otras películas, entonando siempre como actriz de reparto (The guest, Labor day), pero este es su primer protagónico y lo hace de diez. También es necesario destacar la labor del director en la dirección de los "followers" que terminan siempre teniendo ese aire sobrenatural y malsano que necesita esta película, y al contrastar con su entorno de forma natural.


Por último, aplausos a David Robert Mitchell por sus excelentes tomas y manejo de la cámara y a Mike Gioulakis, el director de fotografía, por los planos cuasi embrujados de Boston y el interesante uso de los grises y difuminados en todas las escenas. Todos estos aspectos contribuyeron al resultado final y al subtexto metafórico que se logra durante la duración del metraje.


En resumen, It follows es un thriller muy bien elaborado con varios elementos del cine de terror, que aunque no llega a dar miedo sí inquieta e incomoda con muy pocos elementos utilizados en los momentos justos. Esta película, así como The Babadook (2014), renuevan el género del terror y lo fantástico haciendo girar el eje depositado en el gore y los jumpscares hacia la creación de tensión real en pantalla y el sostenimiento de la misma, como hacían los films de antaño. Es una lástima que mucha gente va a pasar por alto estas implicancias y seguramente tildarán a esta película de aburrida o lenta, cuando en realidad se posiciona como un excelente ejercicio de reflexión y metáfora sobre la juventud y el ámbito en el que se mueve.


8/10