domingo, 25 de marzo de 2018

Black mirror (temporada 4) - Crítica

En la actualidad, con la aparición de cada vez más aparatos nuevos y aplicaciones sumamente integrales, hay un constante miedo a qué es lo que pasaría si alguien decidiera usar esos mismos artefactos en nuestra contra. Qué pasaría si lo que creamos para ayudar a otros termina por clavar el último clavo en el cajón. Esto es lo que se pregunta la serie Black mirror, dando como resultado un grupo de capítulos que, si bien atravesados por la misma temática, responden de diferentes maneras a aquella pregunta central. Sin embargo, más allá de las tecnologías conflictivas y los sucesos que acarrean, lo que hace a esta serie tan intrigante es la cuidadosa atención que se le presta a las consecuencias que este tipo de tecnologías, y su correspondiente uso (ya sea bueno o malo), conllevan en el día a día de los personajes que interactuan con ellas. Porque lo importante no es qué avances están a la puerta sino cómo pueden afectarnos como sociedad, y hasta dónde estamos dispuestos a llegar como civilización "moderna" sin poner en juego nuestra propia cordura.

Es interesante denotar el cambio de productora y distribuidor que se llevó a cabo luego de la segunda temporada, pasando de un dominio completamente inglés a un esfuerzo conjunto entre el país británico y los Estados Unidos. Esto fue catalizado por la compra de los derechos de la serie por parte de Netflix a Channel 4, un canal estatal de Gran Bretaña. Sin embargo, el creador de la serie, Charlie Broker, siguió estando a cargo del guión. Lo único que cambió fue la duración de los capítulos que empezó a extenderse y que entre los actores se sumó talento norteamericano. Más allá de eso, no hubo cambios significativos en el tono de la serie o las temáticas tratadas.

Ahora, para lo que nos interesa más, en esta cuarta temporada, hay una apreciación creciente por el uso del lenguaje cinematográfico y el estilo con respecto a las otras. Si bien, en las primeras temporadas sí se tiene muy en cuenta esto, no es lo que se destaca como sí lo hace en esta última. La gama de colores, metáforas visuales y uso de ángulos estratégicos se hacen muy presentes en la pantalla (en la mayoría de los capítulos por lo menos) y ayudan a contar la historia de una forma más interactiva. Y con respecto a los demás aspectos, la serie conserva su solidez en el plano del guión y de las actuaciones. En general, la cuarta temporada de Black mirror sigue entregando buenos productos que consiguen estar a la par de las otras temporadas. Aunque siempre es difícil analizar esta serie como un conjunto, ya que en su mayoría se siente más como una antología. Por esta razón, voy a proceder a dar una pequeña crítica de cada capítulo y, a falta de otra palabra, una especie de ranking de lo que a mí parecer son los mejores capítulos de la temporada. En algunos capítulos voy a mencionar algunos spoilers pero estarán debidamente marcados.

#1 Black museum

En mi opinión, este capítulo es el mejor sin duda de esta temporada, e incluso podría entrar en competencia con los mejores de la serie en general. Desde el ritmo perfectamente ejecutado, las muy buenas actuaciones tanto de Letitia Wright (Black panther, Urban hymn) como de Douglas Hodge (The night manager) hasta el guión, que aúna las pequeñas historias del capítulo en un final muy bien pensado que se va entretejiendo a lo largo del capítulo. El uso de colores más bien ascéticos nos indica el ambiente saneado e impoluto de los hospitales y los museos, interponiéndolo con los sucesos y locaciones del capítulo que lejos están de algo puro e impecable. Junto a esto, la inmersión se hace palpable, como si fuera que Rolo, el dueño del museo, nos estuviera contando las historias a nosotros. SPOILER El final del capítulo está muy bien ejecutado y la venganza se concreta de una forma casi poética, aunque no me haya parecido muy acertada la presencia de la madre de Nish en su cerebro luego de habernos hecho entender que ese tipo de procedimiento tiene muy pocos beneficios para el portador. SPOILER En fin, Black Museum tiene un muy buen balance en todos los aspectos, tanto lenguaje cinematográfico como trama.

# 2 Crocodile

Definitivamente uno de los episodios más oscuros, no sólo de la cuarta temporada sino de la totalidad de la serie. La historia comienza con una joven Mia (Andrea Riseborough) y un accidente que actúa como catalizador de los eventos que suceden en este capítulo, junto a una tecnología que pone en riesgo el presente de la Mia adulta. En este episodio, el uso de ángulos y las metáforas visuales prevalecen, consiguiendo que la historia se cuente a través de las imágenes además de los sucesos que se dan en él. Las actuaciones son muy buenas y el guión, aunque en momentos un poco conveniente para la protagonista, es sólido. Advierto que en el próximo apartado voy a hablar acerca de elementos de la trama con respecto a esas metáforas visuales: SPOILER El nombre del capítulo hace referencia precisamente a Mia que, como los cocodrilos, expele lágrimas que no son sinceras, atrapa a sus presas de forma silenciosa y es capaz de pasar inadvertida hasta que es muy tarde. Esto es observable en varias escenas en las que se contrapone a Mia con sus potenciales víctimas, ella siempre detrás, silenciosa. SPOILER

#3 U.S.S. Callister

Desde el principio, este episodio juega con las expectativas de la audiencia, haciéndonos identificar con ciertos personajes y odiar a otros, sólo para subvertirlas constantemente a lo largo del metraje. También, juega con las expectativas de la serie y lo que esperamos de ella, por lo que gana puntos en originalidad. En esta historia, no hay héroes ni villanos, sino sólo personas que quieren sentirse en control de sí mismos y de todo lo que los rodea. Nuevamente, las actuaciones son óptimas en general, aunque no hay nadie que destaque del resto. Las tomas son interesantes y en todo momento los personajes son lo suficientemente interesantes para mantenernos atentos. Aunque sí hay presente un problema con el ritmo, el cual es inconstante y algunas veces, interrumpe la inmersión. No obstante, U.S.S. Callister es un buen y sólido episodio dentro de la temporada que dialoga con la idea de la inteligencia artificial y el mundo de los videojuegos.

#4 Metalhead

Honestamente, este es uno de los episodios que más disfruté esta temporada, más allá de que sea un producto un poco inferior a los primeros tres que mencioné anteriormente. Acá se deja un poco de lado el guión, para darle paso a la imagen, que nos habla y nos interpela. Porque Metalhead no quiere ser más de lo que intenta ser, un survival en constante tensión. La premisa es simple: Un mundo post-apocalíptico dominado por las máquinas en el que un grupo de sobrevivientes tiene que sobrevivir. El enfoque está en el estilo (todo el capítulo está en blanco y negro) y la lucha constante por la supervivencia. Esto está muy bien logrado, gracias a la actriz que trae a la vida a Bella (Maxine Peak) y al implacable ritmo, que se analoga con la máquina que persigue a nuestra protagonista. No obstante, acepto que hay problemas: los personajes no están bien desarrollados, los diálogos son un poco desechables y el origen del apocalipsis no está claro. Aunque, como está expreso antes, la temática del episodio está centrado en la supervivencia en un mundo incoloro, abandonado y sin esperanzas, y en la búsqueda de eso que nos permite seguir luchando.

# 5 Hang the DJ

A algunos lectores les parecerá un poco extraño que este episodio esté tan bajo en la lista, ya que en casi todas los otros rankings está en el primer o segundo puesto. No obstante, es mi pensamiento que este es uno de los episodios más sobrevalorados de la temporada y por una razón totalmente errónea que voy a debatir en el sector con spoilers del final. En este capítulo, se ponen en pugna las relaciones virtuales que se establecen hoy en día llevadas a un extremo bastante grande. Si bien la ejecución de Hang the DJ es correcta y no hay más errores que algunas actuaciones un poco rígidas, el capítulo se queda ahí. No hay innovaciones ni elementos artísticos interesantes y el final es palpable a través de todo el episodio, por lo menos el primero. Lo más genuino de todo es la relación entre Amy (Joe Cole) y Frank (Georgina Campbell) que gracias a los actores nos hace importar de alguna forma. Sin embargo, en general el episodio se queda en un "bien" general. SPOILER El hecho de que Amy y Frank hayan sido cookies (que tienen conciencia de sí mismos) todo ese tiempo nos confirma que al menos 998 humanos fueron asesinados virtualmente al terminar la simulación, así que no puede decirse que el episodio tenga un final feliz. SPOILER

# 6 Arkangel

Definitivamente, uno de los episodios más flojos de la temporada. Es desagradable el hecho de que haya sido dirigido por Jodie Foster, actriz y  directora a la que aprecio mucho, quien en este episodio no hace un muy buen trabajo. La trama es sumamente predecible y las situaciones en muchos casos son copiadas de un millón de otras películas y series que tratan el tema de la paternidad "helicóptero". En esta oportunidad, Charlie Brooker cayó por el desfiladero, ya que ni siquiera el final se siente como un cierre suficiente para el capítulo. Y a pesar de que se tiene esa tecnología nueva que permite vigilar a los chicos 24/7 y evitar literalmente que presencien actos de violencia, esta ruta es rápidamente descartada en pos de una aproximación explorada hasta el cansancio de la hija adolescente rebelde. En conclusión, Arkangel tenía mucho potencial de ser un buen producto, sin embargo no pudo salir de la zona de convencionalidad y apuntar a una historia más alejada de la moralina tecnológica y que explore las consecuencias de dicha tecnología en la mente humana.

8/10