jueves, 13 de febrero de 2020

In the tall grass (En la hierba alta) - Crítica

El miedo a la incertidumbre… Este es uno de los más antiguos miedos conocidos por el hombre, y posiblemente uno de los más conocidos por cada uno de nosotros. Al abrir una puerta y encontrar un pasillo a oscuras por delante, caminando en medio de una densa niebla de mañana o al apagar la luz para ir a dormir.

Todos estas acciones mundanamente cotidianas para nosotros tienen en común ese misterio que nos aterra y a la vez nos fascina, ese sentimiento de que algo se desplaza en la oscuridad… Acechando. Esperando.

Y en los últimas décadas, el cine de terror se viene aprovechando de este miedo ancestral, generando expectativa en el espectador mientras una trama oscura se desarrolla detrás del velo de lo desconocido. Desafortunadamente, este no es el caso de “In the tall grass (Entre la hierba alta)”, cuya premisa sobrevuela alrededor de este concepto que nunca termina de comprender. La historia trata de dos hermanos, Cal y Becky, que hacen una parada para descansar de un extenso viaje en coche. Al escuchar una voz de un niño pidiendo ayuda en un campo de hierba alta junto al camino, ellos deciden entrar a ayudarlo y se encuentran con la novedad de que a ese campo solo se entra, y no se sale.

El problema principal de In the tall grass no es la premisa, la cual en papel parece bastante interesante, sino que el mal mayor del que sufre (y créanme, son bastantes) es el de un guión incoherente por donde se lo mire. La historia empieza a perder sentido en la mitad del segundo acto, la máquina argumental que se intenta crear falla miserablemente, y ni siquiera los personajes están lo suficientemente desarrollados como para que nos interese si viven o no. Hay demasiados desaciertos en el guión como para que pueda nivelar la calidad en otras áreas, Y lamentablemente, tampoco logra mucho en ese sentido.

Dentro de las fallas estructurales básicas se pueden enumerar el ritmo inconstante que por algunos momentos va demasiado rápido y en otras asume la velocidad de un caracol, las actuaciones apenas decentes de los actores (aunque no es total culpa de ellos al tener tan poco con qué trabajar), además de la cinematografía aburrida y poco inspirada que fundamenta su paleta de colores en el verde y el marrón por alguna razón. 

Por último, hay algunos elementos a destacar que demuestran cierta preocupación por la cinta. En primer lugar, la constante búsqueda de una forma interesante de revelar la trama, ya que si bien es demasiado complicada para su propio bien, está contada desde una perspectiva al menos innovadora. En segundo lugar hay que destacar el trabajo de efectos visuales al construir ciertas escenas verdaderamente perturbadoras. Y por último, la edición de sonido es muy buena en transmitir esa sensación de soledad y confusión que busca el director a lo largo de la película. 



En conclusión, In the tall grass es una mala película que, aún teniendo elementos que la favorecen, no deja de dejar un sabor amargo luego de verla. 



3/10

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