jueves, 13 de febrero de 2020

In the tall grass (En la hierba alta) - Crítica

El miedo a la incertidumbre… Este es uno de los más antiguos miedos conocidos por el hombre, y posiblemente uno de los más conocidos por cada uno de nosotros. Al abrir una puerta y encontrar un pasillo a oscuras por delante, caminando en medio de una densa niebla de mañana o al apagar la luz para ir a dormir.

Todos estas acciones mundanamente cotidianas para nosotros tienen en común ese misterio que nos aterra y a la vez nos fascina, ese sentimiento de que algo se desplaza en la oscuridad… Acechando. Esperando.

Y en los últimas décadas, el cine de terror se viene aprovechando de este miedo ancestral, generando expectativa en el espectador mientras una trama oscura se desarrolla detrás del velo de lo desconocido. Desafortunadamente, este no es el caso de “In the tall grass (Entre la hierba alta)”, cuya premisa sobrevuela alrededor de este concepto que nunca termina de comprender. La historia trata de dos hermanos, Cal y Becky, que hacen una parada para descansar de un extenso viaje en coche. Al escuchar una voz de un niño pidiendo ayuda en un campo de hierba alta junto al camino, ellos deciden entrar a ayudarlo y se encuentran con la novedad de que a ese campo solo se entra, y no se sale.

El problema principal de In the tall grass no es la premisa, la cual en papel parece bastante interesante, sino que el mal mayor del que sufre (y créanme, son bastantes) es el de un guión incoherente por donde se lo mire. La historia empieza a perder sentido en la mitad del segundo acto, la máquina argumental que se intenta crear falla miserablemente, y ni siquiera los personajes están lo suficientemente desarrollados como para que nos interese si viven o no. Hay demasiados desaciertos en el guión como para que pueda nivelar la calidad en otras áreas, Y lamentablemente, tampoco logra mucho en ese sentido.

Dentro de las fallas estructurales básicas se pueden enumerar el ritmo inconstante que por algunos momentos va demasiado rápido y en otras asume la velocidad de un caracol, las actuaciones apenas decentes de los actores (aunque no es total culpa de ellos al tener tan poco con qué trabajar), además de la cinematografía aburrida y poco inspirada que fundamenta su paleta de colores en el verde y el marrón por alguna razón. 

Por último, hay algunos elementos a destacar que demuestran cierta preocupación por la cinta. En primer lugar, la constante búsqueda de una forma interesante de revelar la trama, ya que si bien es demasiado complicada para su propio bien, está contada desde una perspectiva al menos innovadora. En segundo lugar hay que destacar el trabajo de efectos visuales al construir ciertas escenas verdaderamente perturbadoras. Y por último, la edición de sonido es muy buena en transmitir esa sensación de soledad y confusión que busca el director a lo largo de la película. 



En conclusión, In the tall grass es una mala película que, aún teniendo elementos que la favorecen, no deja de dejar un sabor amargo luego de verla. 



3/10

domingo, 5 de agosto de 2018

Revenge (Venganza) - Crítica

No siempre todas las películas que veamos van a tener un sentido totalmente realista de lo que está pasando. A veces, cuando nos ponemos a ver algo simplemente uno se deja llevar por las reglas de juego que ese producto que estamos viendo nos propone. Puede no tener ningún sentido lo que estamos viendo en pantalla, pero por alguna razón no podemos dejar de mirar y amamos cada segundo que pasa. Este es el caso de Revenge. Y es que acá hay que tomar lo que nos dicen con pinzas y creernos todo lo que la directora nos quiere hacer creer, porque sino nos levantamos a los 20 primeros minutos maldiciendo a quien nos haya recomendado ver esta película (en este caso el que escribe). Si se logra pasar la poca verosimilitud con la realidad que tiene la cinta y se concentra en la cinematografía y el subtexto, se la puede pasar muy bien. Porque no hay momento que de respiro ni hay escena sin tensión, junto a una cinematografía que deja maravillado a cualquiera.

La totalidad del cast
En cuanto a donde ubicarla, es difícil definir su género, ya que toma elementos de muchas otras películas similares y las reescribe en clave actual. Sin embargo, podríamos ubicarla dentro del subgénero del terror llamado "rape and revenge" (violación y venganza), que radica en precisamente estos dos momentos: la violación de una mujer y la posterior venganza por parte de esta última hacia los perpetradores. Pero hay que tener mucho cuidado porque en esta película estos momentos no tienen el mismo peso que en todas las otras y ni por asomo la misma significación. Estamos frente a un producto hecho por una directora (Coralie Fargeat) que no tiene miedo de tomar las riendas del subgénero y ajustarlos al feminismo del siglo XXI. En este sentido, la historia toma forma de una especie de fábula que trata de explicar la historia de la mujer y su posición en un mundo machista, rodeada de modelos patriarcales que la hostigan y persiguen, hasta que al fin consigue dar pelea.

Maltida Lutz
Un importante elemento a destacar es la cinematografía. Cada escena que presencian nuestros ojos es un espectáculo: desde los ángulos deliberados hasta la paleta de colores, poniendo énfasis en la belleza y la hostilidad del desierto, todo marcado por una iluminación casi onírica, como si fuera un sueño de verano salpicado de violencia. Y en esto entra el muy buen uso de efectos prácticos y las abundantes cantidades de sangre utilizadas, así que si son alguien al que la sangre lo incomoda un poco, yo que ustedes pasaría de ver esta película.

Por último, las actuaciones son bastante buenas, en particular la actriz Matilda Lutz (Summertime, Rings) con una interpretación que la lleva al borde del límite, caminando en la línea entre lo realista y lo sobreexpuesto que funciona muy bien. También es destacable la actuación del principal antagonista (Kevin Janssens) como un ser frío y calculador.
Kevin Janssens

En conclusión, Revenge se establece como un homenaje a las viejas películas de los 70 que se enmarcan en el subgénero del "rape and revenge", con un giro feminista y una cinematografía sublime.  Y es muy importante entender este film como una metáfora, o alegoría, más que una narración realista de un hecho concreto. Definitivamente, recomendaría esto más a gente fan del cine de terror más ochentoso y a gente que tenga la mente abierta a propuestas un poco más extremas de simbolismos.
7/10

jueves, 19 de julio de 2018

Hereditary (El legado del diablo) - Crítica


En contadas veces, hay películas que son víctimas del fenómeno que es conocido como "hype". La sobrevaloración de una cinta antes de que sea vista puede ser un arma de doble filo: si bien para la taquilla esto es bueno, ya que muchas personas van a ir a ver la película, para el aspecto más genérico, no siempre lo es. Así, muchos espectadores entran a una sala de cine esperando ver algo con ciertas expectativas en mente, y si estas no son alcanzadas, se produce un quiebre entre lo que ellos esperan y lo que obtienen, independientemente de si el producto es bueno o malo. Y este es el caso de Hereditary, una cinta de género muy buena que, sin embargo, cae víctima no sólo de las expectativas brindadas por la prensa sino también por aquellas que se plantean los espectadores.


La historia no es algo totalmente original, sin embargo esta cuenta con una muy buena ejecución por parte del director Ari Aster y una extraordinaria actuación de la tan querida Toni Collette, la cual la lleva muy cerca del colapso nervioso. Y es en estos puntos donde Hereditary gana tanto prestigio y, en mi humilde opinión, una valoración un poco excesiva tanto por la crítica como muchos aficionados del cine. Si bien la cinematografía, la dirección de fotografía y las actuaciones son de primer nivel, la cinta decae en el aspecto narrativo. En un primer momento, la cohesión de la obra es casi perfecta, casi tan perfecta que por momentos ciertos nos hace olvidar arcos argumentales que se pasan por alto y situaciones que no tienen un punto de origen lógico. No llega a ser un caso de pura forma y poco contenido, pero se acerca bastante.

Volviendo al tema de los actores, es en papeles como estos donde ellos se pueden permitir ciertos excesos y experimentaciones. Y en el caso de Toni Collette (Little Miss Sunshine, Krampus) y Milly Shapiro esto funciona de maravilla, ya que ambas toman el papel que les dan y lo llevan a un extremo. Y lo bueno, es que estas actrices conocen los límites de dichos excesos lo suficiente como para no "pasarse de la raya". Los otros actores están muy bien también pero ninguno brilla tanto como ellas, sobre todo porque sus personajes son los que más se exploran en la película y los que últimamente, la acarrean. Y con esto, se terminan los aspectos positivos...

Entre los puntos negativos, como ya apareció más arriba, esta la historia. A pesar de tener una buena cohesión y reunir los elementos narrativos necesarios, se encuentra llena de clichés y lugares comunes. Además, muchos de los arcos argumentales se resuelven muy bruscamente y, más veces que menos, con "vueltas de tuerca" que no tienen mucho sentido con respecto a lo que se venía contando. Muchos dirán que esta película es poco predecible, y es verdad; sin embargo, no se puede predecir muy fácilmente un juego de azar, ¿no? Pues eso es lo que pasa en Hereditary, el azar está a la orden del día y su mejor amiga resulta ser la conveniencia, haciendo de la lógica un juego y no un hecho. Y ni hablar del final, acto que si bien sostiene la tensión del resto de la cinta, parece más un final de otra de las tantas películas de terror que inundan las carteleras hoy en día.


En conclusión, estamos aquí frente un muy buen producto que fue sobrevalorado tanto por la crítica como por la audiencia, simplemente por no ser el mismo bodrio al que Hollywood nos tiene acostumbrados desde hace rato dentro de este género tan complicado de lograr. En el estilo es impecable, aunque en el contenido... Deja bastante que desear.
7/10

domingo, 25 de marzo de 2018

Black mirror (temporada 4) - Crítica

En la actualidad, con la aparición de cada vez más aparatos nuevos y aplicaciones sumamente integrales, hay un constante miedo a qué es lo que pasaría si alguien decidiera usar esos mismos artefactos en nuestra contra. Qué pasaría si lo que creamos para ayudar a otros termina por clavar el último clavo en el cajón. Esto es lo que se pregunta la serie Black mirror, dando como resultado un grupo de capítulos que, si bien atravesados por la misma temática, responden de diferentes maneras a aquella pregunta central. Sin embargo, más allá de las tecnologías conflictivas y los sucesos que acarrean, lo que hace a esta serie tan intrigante es la cuidadosa atención que se le presta a las consecuencias que este tipo de tecnologías, y su correspondiente uso (ya sea bueno o malo), conllevan en el día a día de los personajes que interactuan con ellas. Porque lo importante no es qué avances están a la puerta sino cómo pueden afectarnos como sociedad, y hasta dónde estamos dispuestos a llegar como civilización "moderna" sin poner en juego nuestra propia cordura.

Es interesante denotar el cambio de productora y distribuidor que se llevó a cabo luego de la segunda temporada, pasando de un dominio completamente inglés a un esfuerzo conjunto entre el país británico y los Estados Unidos. Esto fue catalizado por la compra de los derechos de la serie por parte de Netflix a Channel 4, un canal estatal de Gran Bretaña. Sin embargo, el creador de la serie, Charlie Broker, siguió estando a cargo del guión. Lo único que cambió fue la duración de los capítulos que empezó a extenderse y que entre los actores se sumó talento norteamericano. Más allá de eso, no hubo cambios significativos en el tono de la serie o las temáticas tratadas.

Ahora, para lo que nos interesa más, en esta cuarta temporada, hay una apreciación creciente por el uso del lenguaje cinematográfico y el estilo con respecto a las otras. Si bien, en las primeras temporadas sí se tiene muy en cuenta esto, no es lo que se destaca como sí lo hace en esta última. La gama de colores, metáforas visuales y uso de ángulos estratégicos se hacen muy presentes en la pantalla (en la mayoría de los capítulos por lo menos) y ayudan a contar la historia de una forma más interactiva. Y con respecto a los demás aspectos, la serie conserva su solidez en el plano del guión y de las actuaciones. En general, la cuarta temporada de Black mirror sigue entregando buenos productos que consiguen estar a la par de las otras temporadas. Aunque siempre es difícil analizar esta serie como un conjunto, ya que en su mayoría se siente más como una antología. Por esta razón, voy a proceder a dar una pequeña crítica de cada capítulo y, a falta de otra palabra, una especie de ranking de lo que a mí parecer son los mejores capítulos de la temporada. En algunos capítulos voy a mencionar algunos spoilers pero estarán debidamente marcados.

#1 Black museum

En mi opinión, este capítulo es el mejor sin duda de esta temporada, e incluso podría entrar en competencia con los mejores de la serie en general. Desde el ritmo perfectamente ejecutado, las muy buenas actuaciones tanto de Letitia Wright (Black panther, Urban hymn) como de Douglas Hodge (The night manager) hasta el guión, que aúna las pequeñas historias del capítulo en un final muy bien pensado que se va entretejiendo a lo largo del capítulo. El uso de colores más bien ascéticos nos indica el ambiente saneado e impoluto de los hospitales y los museos, interponiéndolo con los sucesos y locaciones del capítulo que lejos están de algo puro e impecable. Junto a esto, la inmersión se hace palpable, como si fuera que Rolo, el dueño del museo, nos estuviera contando las historias a nosotros. SPOILER El final del capítulo está muy bien ejecutado y la venganza se concreta de una forma casi poética, aunque no me haya parecido muy acertada la presencia de la madre de Nish en su cerebro luego de habernos hecho entender que ese tipo de procedimiento tiene muy pocos beneficios para el portador. SPOILER En fin, Black Museum tiene un muy buen balance en todos los aspectos, tanto lenguaje cinematográfico como trama.

# 2 Crocodile

Definitivamente uno de los episodios más oscuros, no sólo de la cuarta temporada sino de la totalidad de la serie. La historia comienza con una joven Mia (Andrea Riseborough) y un accidente que actúa como catalizador de los eventos que suceden en este capítulo, junto a una tecnología que pone en riesgo el presente de la Mia adulta. En este episodio, el uso de ángulos y las metáforas visuales prevalecen, consiguiendo que la historia se cuente a través de las imágenes además de los sucesos que se dan en él. Las actuaciones son muy buenas y el guión, aunque en momentos un poco conveniente para la protagonista, es sólido. Advierto que en el próximo apartado voy a hablar acerca de elementos de la trama con respecto a esas metáforas visuales: SPOILER El nombre del capítulo hace referencia precisamente a Mia que, como los cocodrilos, expele lágrimas que no son sinceras, atrapa a sus presas de forma silenciosa y es capaz de pasar inadvertida hasta que es muy tarde. Esto es observable en varias escenas en las que se contrapone a Mia con sus potenciales víctimas, ella siempre detrás, silenciosa. SPOILER

#3 U.S.S. Callister

Desde el principio, este episodio juega con las expectativas de la audiencia, haciéndonos identificar con ciertos personajes y odiar a otros, sólo para subvertirlas constantemente a lo largo del metraje. También, juega con las expectativas de la serie y lo que esperamos de ella, por lo que gana puntos en originalidad. En esta historia, no hay héroes ni villanos, sino sólo personas que quieren sentirse en control de sí mismos y de todo lo que los rodea. Nuevamente, las actuaciones son óptimas en general, aunque no hay nadie que destaque del resto. Las tomas son interesantes y en todo momento los personajes son lo suficientemente interesantes para mantenernos atentos. Aunque sí hay presente un problema con el ritmo, el cual es inconstante y algunas veces, interrumpe la inmersión. No obstante, U.S.S. Callister es un buen y sólido episodio dentro de la temporada que dialoga con la idea de la inteligencia artificial y el mundo de los videojuegos.

#4 Metalhead

Honestamente, este es uno de los episodios que más disfruté esta temporada, más allá de que sea un producto un poco inferior a los primeros tres que mencioné anteriormente. Acá se deja un poco de lado el guión, para darle paso a la imagen, que nos habla y nos interpela. Porque Metalhead no quiere ser más de lo que intenta ser, un survival en constante tensión. La premisa es simple: Un mundo post-apocalíptico dominado por las máquinas en el que un grupo de sobrevivientes tiene que sobrevivir. El enfoque está en el estilo (todo el capítulo está en blanco y negro) y la lucha constante por la supervivencia. Esto está muy bien logrado, gracias a la actriz que trae a la vida a Bella (Maxine Peak) y al implacable ritmo, que se analoga con la máquina que persigue a nuestra protagonista. No obstante, acepto que hay problemas: los personajes no están bien desarrollados, los diálogos son un poco desechables y el origen del apocalipsis no está claro. Aunque, como está expreso antes, la temática del episodio está centrado en la supervivencia en un mundo incoloro, abandonado y sin esperanzas, y en la búsqueda de eso que nos permite seguir luchando.

# 5 Hang the DJ

A algunos lectores les parecerá un poco extraño que este episodio esté tan bajo en la lista, ya que en casi todas los otros rankings está en el primer o segundo puesto. No obstante, es mi pensamiento que este es uno de los episodios más sobrevalorados de la temporada y por una razón totalmente errónea que voy a debatir en el sector con spoilers del final. En este capítulo, se ponen en pugna las relaciones virtuales que se establecen hoy en día llevadas a un extremo bastante grande. Si bien la ejecución de Hang the DJ es correcta y no hay más errores que algunas actuaciones un poco rígidas, el capítulo se queda ahí. No hay innovaciones ni elementos artísticos interesantes y el final es palpable a través de todo el episodio, por lo menos el primero. Lo más genuino de todo es la relación entre Amy (Joe Cole) y Frank (Georgina Campbell) que gracias a los actores nos hace importar de alguna forma. Sin embargo, en general el episodio se queda en un "bien" general. SPOILER El hecho de que Amy y Frank hayan sido cookies (que tienen conciencia de sí mismos) todo ese tiempo nos confirma que al menos 998 humanos fueron asesinados virtualmente al terminar la simulación, así que no puede decirse que el episodio tenga un final feliz. SPOILER

# 6 Arkangel

Definitivamente, uno de los episodios más flojos de la temporada. Es desagradable el hecho de que haya sido dirigido por Jodie Foster, actriz y  directora a la que aprecio mucho, quien en este episodio no hace un muy buen trabajo. La trama es sumamente predecible y las situaciones en muchos casos son copiadas de un millón de otras películas y series que tratan el tema de la paternidad "helicóptero". En esta oportunidad, Charlie Brooker cayó por el desfiladero, ya que ni siquiera el final se siente como un cierre suficiente para el capítulo. Y a pesar de que se tiene esa tecnología nueva que permite vigilar a los chicos 24/7 y evitar literalmente que presencien actos de violencia, esta ruta es rápidamente descartada en pos de una aproximación explorada hasta el cansancio de la hija adolescente rebelde. En conclusión, Arkangel tenía mucho potencial de ser un buen producto, sin embargo no pudo salir de la zona de convencionalidad y apuntar a una historia más alejada de la moralina tecnológica y que explore las consecuencias de dicha tecnología en la mente humana.

8/10

lunes, 18 de diciembre de 2017

Gerald's game (El juego de Gerald) - Crítica

Me gustaría que piensen en los momentos en los que se encuentran más vulnerables... ¿Listo? Bueno, pues estoy casi seguro de que el estar desnudo o con poca ropa pasó por su mente. Y esa premisa es una de las tantas que ahonda Gerald's game, ¿qué tan vulnerables podemos llegar a estar frente a otras personas y, más aún, frente a nosotros mismos? En este thriller, que se puede encontrar fácilmente en Netflix, nos ocupa la historia de Jessie, una ama de casa que acepta la idea de su marido Gerald de irse a una cabaña en el medio de la nada para "renovar la llama". Obviamente, para la mala suerte de la protagonista, las cosas dan un giro inesperado y Jessie termina esposada a la cama. Y fácilmente, el film es uno de los mejores del género de este año. Y ahora veamos por qué.

Antes que nada, es importante resaltar que el director de esta película es Mike Flanagan (Oculus, Hush), quien se especializa en el género, así que ya tiene muy buena partida en el departamento cinematográfico. El tono se mantiene constante durante todo el metraje, logrando un ambiente claustrofóbico y tenso que te atrapa y no te suelta hasta que se alcanza el clímax final. Y de más está decir que la dirección de fotografía está impecable, al igual que el uso de la cámara. Esto último vale ser reconocido debido al hecho de que la locación casi siempre es única, por lo que es indispensable innovar constantemente con el trabajo de cámara.

En relación a la trama y al guión, si bien no son muy complejos, son suficientes. La historia es simple, aunque lo importante está en el interior, en los estados psicológicos por los que pasa la protagonista y cómo se ejecutan de una forma bastante efectiva. Y esto se ve reforzado por unas muy buenas actuaciones por parte de Carla Gugino (Sucker Punch, San Andreas) y Bruce Greenwood (Capote, Mad men), en donde la primera se pone la película a cuestas básicamente. 

Y para la parte menos amable, es preciso mencionar el efectismo. En muchas oportunidades Gerald's game se sube al tren del shock, en busca de quizás una clasificación mayor o simplemente para "asustar" más. Y es ahí donde pierde un poco del terreno que ganó al principio, con su ritmo lento y su enfoque en personajes, más que en eventos. No obstante, esto no toma control de la cinta y puede ser digerido por la mayoría, aunque tengo que advertir que son escenas bastante gráficas.

En suma, Gerald's game es una película que no pertenece tanto al género del terror sino más al thriller psicológico, y que juega con los estados mentales tanto de la protagonista como de la audiencia. Y por esto es que es sumamente recomendable, además de que está en Netflix, lo cual es algo que queda muy cómodo. Aunque cuidado con las cosas cómodas, no vaya a ser que nos quedemos encadenados a ellas.


lunes, 20 de noviembre de 2017

It comes at night (Viene de noche) - Crítica


Muchas veces, el marketing nos puede hacer ver lo que quiere que veamos y esto, en el caso del cine, muchas veces resulta perjudicial para el producto en sí. Esto es porque se generan expectativas que no cuadran enteramente con lo que las películas intentan transmitir. Y es el caso de It comes at night, película dirigida por Trey Edward Shults, que en el trailer parece una cosa pero que en realidad es algo totalmente diferente cuando nos ponemos a verla. Pero, ¿es una buena película más allá de ese problema? Sí, definitivamente. Lo malo de esto es que el trailer puede atraer a personas que estaban esperando un tipo diferente de película, con un poco más de acción, cuando en realidad lo que obtienen es un drama con (varios) elementos de terror y suspenso. 


Y ese el nudo de la cuestión. Si bien, esos elementos están presentes a lo largo de la cinta, el eje central se desarrolla en los personajes y en la interacción entre ellos. Esta no es una película que tenga sobresaltos o cantidades aberrantes de violencia, sino que su punto fuerte está en la generación de tensión y una atmósfera malsana que casi se puede palpar. Es definitivamente una película lenta, y por ese motivo muchas personas que estén esperando otro tipo de película van a pasarse toda la película esperando algo que nunca llega. Porque la historia no está al final o en una escena, sino a lo largo de toda la duración. Está en los detalles, tanto del ambiente como de los personajes, que van entretejiendo la trama. Todavía más por el hecho de que es una historia bastante simple: Una familia en medio del bosque tratando de sobrevivir a un virus letal que se encuentra con otra familia en la misma situación, lo cual genera diferentes interacciones y efectos en cada miembro del grupo. Por ello, es importante que todos los otros factores funcionen correctamente.

En este aspecto es importante reconocer las actuaciones de todo el reparto pero sobre todo de Joel Edgerton (The thing, The gift) como el padre de familia y Kelvin Harrinson Jr. (The birth of a nation) como el hijo de este. Ambos presentan una química muy particular y aportan a la tensión que mencionaba antes. No obstante, me parece desafortunado que una actriz del calibre de Carmen Ejogo (Sparkle, Selma) no haya tenido un poco más de protagonismo. 

Y por último, es muy interesante el trabajo de cámara y la edición de sonido. Las cámaras subjetivas y los planos de acercamiento sostenidos generan una sensación que nos hace sentir como que no deberíamos estar mirando eso que está pasando, como si fuera incorrecto. Elemento que también funciona muy bien en la pieza de época The witch (2015). Todo esto mezclado con sonidos bien ejecutados y una banda sonora minimalista que encaja perfectamente con lo que pasa en escena. 

A modo de conclusión, It comes at night es una película que se toma su tiempo al contar su historia, y cuyas fortalezas descansan en el desarrollo de los personajes y un gran uso del lenguaje cinematográfico para acompañarlo. Ahora bien, es verdad que puede resultar un poco densa en partes para algunas personas y hay una escena que involucra un animal que me parece totalmente gratuita e innecesaria. Sin embargo, definitivamente recomiendo esta película a cualquier persona que le interese ver algo que sale de la norma de los films de terror de este último tiempo. Ahh, y recuerden... Nunca se guíen demasiado por los trailers.

9/10

lunes, 6 de noviembre de 2017

It stains the sands red (Arenas sangrientas) - Crítica

      Cuando hablamos de películas de zombies, generalmente pensamos en la típica vaina de acción y sesos volando de la mayoría de los films del último tiempo. Pero It stains the sands red (2017) se desvía de ese camino hacia un híbrido entre terror, drama y comedia que definitivamente es un soplo de aire fresco. Ahora, ese aire fresco ¿es una brisa de verano perfumada o un fétido y denso hedor?


     La película comienza con una escenario conocido, una pareja huyendo del apocalipsis zombie hacia un lugar seguro se detienen al lado de la ruta y su auto queda atorado en la arena. Luego de un tiempo sin saber qué hacer aparece un zombie que deja como única sobreviviente a la pobre Molly (Brittany Allen) que corre hacia el desierto, y ahí es donde empieza de verdad la película. Allí ella se tendrá que enfrentar no sólo a los elementos sino a una amenaza que la sigue lentamente pero de forma constante y que no necesita descansar: el mismo zombie (Juan Riedinger) que devoró a su novio (Merwin Mondesir).

        Si bien la premisa parece simple y sin posibles sorpresas, el director y escritor Colin Minihan se las ingenia para abordar varios temas a lo largo del film, lo cual agrega subtramas interesantes y un par de interpretaciones que salen de la aparente superficialidad de la historia. Porque acá no todo lo que brilla es oro y no todo lo que camina es zombie, ya que los objetos y personajes que aparecen en cada escena se transforman en representaciones que guían la trama subyacente. Por lo que, en sí, hay dos formas de ver It stains the sand red, como una comedia de terror común y corriente, o como una comedia dramática con elementos de terror. Desde esa perspectiva, cuenta la historia de una mujer que sufre un cambio de vida en un ambiente apocalíptico.

         Si elegimos ver esta película de la última forma, es fácil en una segunda revisión encontrar cada uno de los simbolismos que se presentan tanto a través de los objetos que lleva consigo la protagonista como con el zombie que la persigue. Y ahí es donde funciona, en el desarrollo de esta trama subyacente que hace que el personaje de Molly se desarrolle en conjunción con su persecutor, quien tiene un papel crucial en ese desarrollo. Incluso podemos catalogar al zombie de personaje de tanto papel que cumple, créase o no. No obstante, algunos elementos no funcionan del todo y ciertos cambios en la dinámica entre la protagonista y el “antagonista” se producen muy rápido, lo cual termina desembocando en situaciones un poco ridículas.

         Y esto nos lleva a las contras del film, que no son pocas. En primer lugar, hay algunas escenas que terminan pareciendo muy poco verosímiles debido a la intención de seguir desarrollando esa subtrama, pero abandonando la sutilidad del primer acto en favor de una menor duración del largometraje. En segundo lugar, si bien el dúo de Molly y el zombie hacen un muy buen trabajo, más allá de algunas sobreactuaciones en lugares específicos, los demás actores son menos que decentes. Aunque esto no es demasiado problemático ya que sólo aparecen en un 10% de la película. Y finalmente, el ritmo no es constante a lo largo del largometraje y la película sufre como resultado de esto.


         En última instancia, It stains the sand red es una película que tiene ideas muy buenas pero que no se enfoca en su totalidad en dichas ideas para tener la ejecución perfecta que podría haber tenido. También, la posibilidad de un presupuesto mayor podría haberla beneficiado en gran manera, resolviendo muchos de los problemas que tiene. Y si bien tiene una ejecución medianamente buena, la historia sigue siendo todavía muy simple como para compensarla, más allá de que el desarrollo de la protagonista esté muy bien logrado.

         Definitivamente la recomendaría para fans del subgénero zombie y del terror en general, pero no es una película para todos los gustos.


6/10